martes, 19 de octubre de 2010

EL CONTEXTO HISTÓRICO

Los dos libros que hoy conocemos como 1 y 2 de Samuel aparecen como un solo volumen en los manuscritos hebreos. La versión griega del Antiguo Testamento (LXX) consideraba a los libros de Samuel y Reyes como una sola obra dividiéndola en 4 secciones llamadas “los libros de los Reinos”. Debido a que la vida y ministerio de Samuel domina la primera mitad del libro se le dio originalmente su nombre, designando así su contenido más que su paternidad literaria.

A diferencia del pentateuco, los libros de Samuel no contienen ninguna referencia a quien pudo haber sido el autor, sin embargo es evidente que por lo menos hasta el capitulo 25 donde se narra su muerte, Samuel fue el autor. La antigua tradición judía atribuye a él esta escritura y es posible que los profetas Natan y Gad hayan concluido la obra después de su muerte.
El libro de 1 Samuel comienza con el nacimiento de Samuel, aprox. en el año 1115 a. de J.C. Termina con la muerte de Saúl cerca del año 1010 a. de J.C. Así que todo el libro cubre un período de aprox. 100 años.[1]


[1]Carro, D., Poe, J. T., Zorzoli, R. O., & Editorial Mundo Hispano (El Paso, T. (1993-<1997).>Comentario bı́blico mundo hispano 1 Samuel, 2 Samuel, y 1 Crónicas (1. ed.) (46). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.

Samuel es el último de los jueces y el primero de los grandes profetas por lo tanto gran parte del primer libro habla sobre la vida y ministerio del profeta, también muestra como Israel pasa de una Teocracia que era ejercida mediante profetas y jueces a la condición de reino allí aparece Saúl como el primer rey de Israel pero cuando él rechaza la dirección divina en varias ocasiones, Samuel es llamado a escoger y preparar un hombre conforme al corazón de Dios (1 Samuel 13:14) que no se pusiera sobre la Ley sino que obedeciera a Dios. El reinado de David no estuvo libre de problemas pero junto a la dirección de Dios a través del profeta Samuel Israel gradualmente fue sometiendo a sus enemigos.

El bosquejo del libro esta detallado de esta forma por el comentario bíblico siglo XXI

Primeros años de Samuel

1:1—7:17

Samuel y Elí

1:1—3:21

Batallas contra los filisteos

4:1—7:17

Samuel y Saúl

8:1—15:35

Saúl llega al trono

8:1—12:25

Guerras y conflictos

13:1—15:35

Saúl y David

16:1—31:13

David ocupa su lugar en la corte

16:1—17:58

David y Jonatán

18:1—20:42

David como fugitivo

21:1—26:25

David en territorio filisteo

27:1—30:31

La batalla de Gilboa

31:1-13


Socialmente el pueblo estaba desorientado, pues el cambio de Teocracia a Reinado aunque fue un pedido expresamente de ellos, era evidente que no estaban preparados para asumirlo. Del mismo Rey en adelante la situación era caótica, Saúl vez tras vez hizo su voluntad ante situaciones de riesgo que debían ser consultadas a Dios esto le llevo a apartarse gradualmente del ideal que Dios tenia para el dirigente de Israel.
Durante el período abarcado por 1 y 2 Samuel gobernaron a Egipto los reyes sacerdotes de la XX dinastía y los gobernantes seculares de la XXI dinastía, cuyos reinados se caracterizaron por debilidad, decadencia y desunión nacionales. Durante la mayor parte de este período Asiria fue también sumamente débil. En Babilonia las condiciones eran muy similares a las de Egipto y Asiria. Las migraciones de los pueblos de mar y de los arameos se añadieron a las dificultades internas, y mantuvieron la situación política internacional en todo el antiguo Oriente en un estado de agitación durante casi dos siglos.
Como resultado, los primeros reyes de Israel estuvieron comparativamente libres para consolidar su dominio sobre la tierra prometida y las regiones circundantes, sin la interferencia de sus anteriormente fuertes vecinos del norte y del sur. Sus únicos enemigos eran las naciones de la región de Palestina, tales como los filisteos, amalecitas, edomitas, madianitas y amonitas. La resistencia de estas tribus vecinas fue vencida gradualmente, y la mayoría de ellas se sometió al dominio israelita. Cuando Israel entró en Canaán, el Señor le ordenó que asignase ciudades a los levitas en todas las diferentes tribus. Así podría instruirse a todo el pueblo en los caminos de la justicia. Pero los israelitas parecen haber prestado poca o ninguna atención a la orden. En realidad, ni siquiera echaron a los cananeos, sino que vivieron entre ellos (Juec. 1: 21, 27, 29-33).[2]


[2] Francis D. Nichol, ed. Comentario Bíblico Adventista. 7 vols. (V. E. Ampuero Matta. Boise, Idaho: Publicaciones Interamericanas, 1978-1990), 2:449.


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